Resulta poco creíble para poder circular en automóvil en la Ciudad de México se requiere pasar a un centro de verificación, pero resulta que los centro de verificación son clausurados por que según las autoridades nunca ha respetado la norma, nos hemos metidos en una legislitis que al parecer nadie cumple. Considero que un automóvil nuevo no debe de ser verificado al menos durante el tiempo que dure su garantía y sin embargo la norma lo obliga, la tecnología invertida en una fabrica de autos y de motores es muy superior a la de centro de verificación.
Este país al aplicar las normas mexicana puede caer en parálisis, las expectativas de las normas mexicanas no tienen relación con la realidad, requerimientos ecológicos muy elevados que conllevan a generar en un primer momento actos de corrupción entre automovilista y centro de verificación y en un segundo momento entre propietario de centro de verificación y autoridades que verifican el centro.
La contaminación seguirá incrementándose al igual que los actos de corrupción, el gobierno federal debe de hacer uso de los instrumentos fiscales para con las empresas y con el servicio público aplicando ventajas fiscales para que las empresas particulares y el transporte concesionado tenga el aliciente para renovar su flotilla de automóviles de forma más frecuente, mejorar la calidad de los combustible y bajarle a la expectativa de la norma, con normas represoras no se logrará mejorar la calidad del aire en la ciudad, al final todas las inconsistencias de la autoridad contribuyen en detrimento de la calidad de vida de los gobernados al tener que realizar más trámites, pagos legales y pagos de pánico para seguir operando su auto en la megalopolis.